Suipacha

Irish Place Names and Landmarks in Argentina


History of the Toponym
 

Description & History of the Place
19 de mayo de 1864

Naming
 

Irish Settlements

AÑO
INTENDENTE
Del 1-10-1920 al 31-12-1921 Miguel Murray
Del 2-1-1925 al 31-12-1926 Miguel Murray
Del 1-71944 al 17-3-1945 Juan J. Moore (Sección a cargo).
Del 12-10-1963 al 30-6-1966 Miguel K. Geoghegan
   

DILLON Juan: Fundador de la antigua familia de ese nombre con muchos descendientes en Suipacha, Mercedes y Capital.GAHAM Juan: Tronco de una caracterizada familia conservan tierras en el partido. Actuó en diversos cargos públicos y en la comisión Pro-Edificación Iglesia Parroquial.HELION Timoteo: Lindero a D. Eustoquio Cardo! Pedro Murray. No es actualmente propietario KARNEN Tomás: carecemos de datos. Apellido Irlandés posiblemente deformado. KELLY Lorenzo: lrlandés venido en la tercera del siglo XIX. Quedan muchos descendientes. KENNY Brígida: Antepasado de viejas familias Suipacha y Mercedes. MAGUIRE Santiago: Tronco de una numerosa familia de origen irlandés con ramificaciones en toda la zona. MURPHY Santiago: Fundador de una conocida familia hibero-Argentina. MURRAY Pedro: Fundador de una caracterizada familia Hay descendientes. Adquirió, previa venia Gobernador Mitre y su ministro Pastor Obligado, tierras que D. Eustoquio Cardoso había comprado el Gobierno en 1859, pero de las que éste disponía mucho antes. El señor Murray escrituró el 9 de marzo de 1861, edificando posteriormente, creemos en 1877, la casona que aún se conserva. 

Habiéndose constituido en la zona ya en 1860 una colonia irlandesa bastante numerosa, fue nombrado capellán residente Dosiblemene en alguna estancia de la zona y a veces en Mercedes, el Pbro. Lorenzo Kirwan, natural de Irlanda, que había sido ordenado en Montevideo y primer sacerdote católico que visitó Las Malvinas. El padre kirwan fue antes titular de una Capellanía irlandesa que abarcaba las parroquias de Luján, Pilar, Mercedes y Giles, pero residió preferentemente en estos pagos, En 1862 pasó a colaborar con el famoso padre Fahy en la escuela de varones abierta en el mismo lugar en que hoy está el Colegio del Salvador, y falleció el 12 de octubre de 1879. (Monseñor Santiago M. Ussher: Los Capellanes Irlandeses en la Colectividad Hiberno-Argentina durante el siglo XIX, Buenos Aires, 1954). Creado el partido, fue adscripto como sufragáneo de Carmen de Areco, el 28 de marzo de 1870. Es por ello que a todas las anotaciones parroquiales en esa época no había aún Registro Civil durante una década es preciso buscarlas allí. Pero la distancia era grande y por ello, a principios de 1875, un grupo de vecinos del campo y del caserío que se estaba formando alrededor de la estancia de los Suárez, decidió levantar Una Capilla ya que la otra a que nos acabamos del referir habla desaparecido. Y doña Rosario Suárez de Labat donó el terreno y la imagen. La Primera capilla de pueblo era una pequeña construcción tipo rancho, con paredes de ladrillo tomadas en barro, que se levantó en el mismo sitio en que hoy está emplazada la Iglesia Parroquial.

El Capellán irlandés de Mercedes, R. P. Patricio Lynch, la inauguró solemnemente el SO de agosto de 1875, oficiando la primera misa Monseñor Samuel O´lReilly, en ese entonces capellán irlandés de Luján falleció tras

una larga vida de trabajos y luchas, en Chivilcoy, el 11 de enero de 1917. (Mons. Ussher: Obra citada).

La imagen de Nuestra Señora del Rosario, la misma que se venera hoy en el altar mayor de la Iglesia, y que viene desde hace un siglo siendo índice de devoción y amor, fue traída de España por un antepasado de la fundadora, y está vinculada íntimamente a la historia del pueblo. Venerada primero en Mercedes, en casa de doña Mercedes Cruz, la trajo más tarde a la estancia don Pascual Suárez, destinándole un pequeño aposento a manera de oratorio. Ya hemos dicho que la estancia fue parador de carretas, y muchos de los viajeros eran devotos de la Virgen. Tanto que se la llamaba "La Patrona de los Reseros".

En la Capilla de 1875 primero, y luego en la Iglesia Parroquial, conservó durante mucho tiempo las vestiduras con que la habían traído; manto de brocato marrón y vestido blanco. En 1907, siendo párroco el Padre Tomás Dun Leavy, la hija del primer matrimonio de doña Rosario, doña Prosperina Labat de Casco, la llevó a Buenos Aires y la hizo restaurar, "regresando" la Virgen con un hermoso manto de terciopelo rojo muy oscuro bordado con perlas, y ella y el Niño luciendo hermosos vestidos de raso blanco también bordados y sendas coronas de plata, tal como hoy se conservan.

Respondiendo a insistentes gestiones, en 1880 fue creada la Capellanía de Suipacha, siendo su primer titular el presbítero Gabriel Lentini, que se hizo cargo el 23 de mayo.

El primer bautismo asentado en los libros parroquiales fue de Esther Weber, después señora de Gillighan, el 19 de junio del mismo año; la ceremonia estuvo a cargo de Mons. O'Reilly. El primer casamiento, el 28 del mismo

mes, fue de don Ventura Miranda con doña Eleuteria Suárez. Sucedió al P. Lentini el Pbro. Juan Me Nerney, que estuvo a cargo de la parroquia desde 1881 a 1887. Como su salud era precaria fue trasladado a las Islas Canarias, en procura de alivio. En febrero de 1887 llegó a Suipacha el presbítero Ciro Placco. Pertenecía al Rito Ortodoxo Griego, que difiere del nuestro en algunas cuestiones de forma que no afectan la ortodoxia, y fundamentalmente, en que no guarda celibato sacerdotal. Monseñor León Federico Aneiros, Arzobispo de Buenos Aires, permitió al padre Placco, que venía de Entre Ríos, ejercer su ministerio y le dio el curato de Suipacha, con la condición expresa de no traer su familia, que estaba en Europa.

Esta restricción, muy atinada por parte del prelado, para evitar confusiones, tuvo sin embargo su trascendencia, ya que, con motivo de cierto asunto muy sonado y completamente distinto, llegó a ser comentada en la Cámara de Diputados, con desconocimiento de causa y muy poca caridad. (Colección de La Prensa, (le la época).

Historiando la actuación del padre Placco, veremos que su estado no afectó en absoluto la misión apostólica que se le encomendaba. El padre Placco había nacido en Civita, pequeño pueblo de unos tres mil habitantes, municipio perteneciente al Distrito de Castrovilla, Provincia de Cosenza. Esta, conjuntamente con Cattanzaro y Reggio di Calabria, integra la península situada al sur de Italia. La mayoría de los habitantes son de origen albanés, pero había una serie de familias, entre ellas la de los Placco, que eran de proveniencia griegos y conservaron sus costumbres y su, religión. La llegada a la Argentina del Padre Placco tiene que haber sido a fines de 1873, ya que el 6 de enero de 1874 inicia sus funciones como coadjutor de la parroquia de Victoria, Entre Ríos. Cuando en 1,877 renunció el párroco de esa ciudad, monje franciscano Pascual Bartoloni, el Padre Placco lo sustituyó hasta 1886 en que pasó a Buenos Aires. Al año siguiente se hace cargo del curato de Suipacha Joven, animoso y dinámico, se impresionó al ver el estado ruinoso del templo confiado a su cuidado y llamando a una asamblea popular, constituyó, el 16 de octubre del mismo año de su arribo, una Comisión proTemplo, constituida en la siguiente forma: Presidente, señor Cura Párroco Pbro. Ciro Placco; vicepresidente, ,señor José Galeano; secretario, señor Serapio Meydana; prosecretario, don Francisco Avendaño; tesorero, don Hermógenes Llorente, y vocales los señores Tomás Gahan y Tomás Maguire. Los señores Galeano, Gahan y Maguire representaban a la gente del campo, y los dos últimos a la colonia irlandesa, muy numerosa en esa época. El señor Meydana a las autoridades y los señores Llorente y Avendaño al comercio local. Iniciados los trabajos a toda prisa, el 3 de febrero de 1889 pudo colocarse la piedra fundamental, siendo padrinos doña Rosario Suárez de Billourou y el señor Casimiro Villamayor en representación del gobernador de la provincia, Dr. Máximo Paz. La bendición estuvo a cargo del señor Arzobispo, Monseñor Aneiros, quien administró por primera vez en Suipacha el Sacramento de la confirmación a 367 niños. Incrustada en una columna de mampostería hecha en forma de cruz, la piedra es de forma rectangular, y tiene al lado, en una caja de plomo, tres ejemplares del acta levantada, algunas monedas de plata de la época y ejemplares de los diarios porteños La Unión y la Voz de la Iglesia, está ubicada en el centro del presbiterio, frente al altar mayor y a unos cinco metros setenta de la pared terminal del templo. Entre otros, firmaron las actas además de los padrinos, los señores Antonio Mones Ruiz, Pbro. Saturnino Azurmendi, Capellán del Asilo San José de Mercedes, Bernardo Maguire, Simón Asanza, León Billourou, Juan Stafford, Juan y Patricio Dillon, Juan Carrighy, Tomás Maguire, Federico Mones Ruiz, José Mujica, Hermógenes Llorente, Isidro Fernández, Tomás Maguire (h), Patricio Heavy, León Antonio Rodrigo, etc. Comenzó entonces para Suipacha una era de actividad febril, ya que eran precisos muchos recursos para llevar a cabo la obra. El Padre Placco era incansable: organizó colectas d dinero y materiales, tómbolas y una rifa de una casa una cuadra de la plaza le dio un beneficio líquido grande para la época de doce mí] quinientos pesos trasladó el culto a un galpón de un comercio cercano, la entonces firma Collado, Avendaño y Cia. y por fin, el domingo 4 de octubre de 1892, festividad pública de Nuestra Señora del Rosario, Patrona del Pueblo, Monseñor Antonio Mariano Espinosa, Vicario General de la Arquidiócesis de Buenos Aires, consagró solemnemente al hermoso templo. Actuaron como padrinos la señora Elena Kelly de Murray, la señorita Elena Gahan y los señores León Billourou y Tomás Maguire. La fundadora, doña Rosario, había fallecido en Buenos Aires dos años antes, el 18 de julio de 1890. El sermón de circunstancias estuvo a cargo de uno de los más famosos oradores sagrados de la época, e canónigo Mons. Manuel Elzaurdia. El estilo del templo es gótico-romano tratado con muy buen gusto, habiendo sido su constructor don Ambrosio Gangale, paisano del padre Placco, que era pariente de su señora madre. Posteriormente el señor Gangale casó con la señorita Josefa Cirigliano, hija de don Domingo, uno de los compradores de terrenos a doña Rosario en 1882. De acuerdo al balance publicado el 10 de marzo de 1892 por el tesorero señor Llorente, el costo total de la obra fue de $ 36.046,28, a los que hay agregar las donaciones de ladrillos, polvo, arena, etc. El techo de pizarra hoy reemplazado por tejas costó $ 4.100,00 y fue colocado por un señor Marzoratti, y los cielos rasos de yeso, colocados por Julio Monti, alcanzaron la suma de $ 1.781,91. No queremos cerrar este capítulo sin destacar que la actuación del Padre Placco no se limitó al ámbito sagrado, sino que complementó su intenso y ejemplar celo apostólico con diversas actividades públicas. En 1890 fue Presidente del Consejo Escolar, teniendo como Secretario al mismo que lo había acompañado en la Comisión Pro-Templo, (Ion Serapio Meydana. Al fundarse el 27 (le septiembre (le 18,33 la Europea de Socorros Mutuos, fue uno de sus propulsores, teniendo también una íntima y cordial correspondencia con todos los habitantes del pueblo, donde era universalmente querido. Su partida de Suipacha, llamado nuevamente por exigencias de su ministerio a la ciudad de Victoria, fue universalmente lamentada. Con motivo de su alejamiento, el pueblo le obsequió una plaqueta de oro que dice así: "El vecindario de Suipacha a su Cura, Párroco Presbítero Sr. Ciro Placco en testimonio de reconocimiento por la religiosa austeridad de sus costumbres 11 por sus ideas de progreso en pro (?'e la Suipacha, enero 30 de 1894". En verdad estas pocas palabras grabadas en forma imperecedera dicen más que todo un volumen biográfico.

Aunque no afecte mayormente a estos recuerdos, es preciso hacer constar que el Padre Placco debe haber postergado su viaje, porque en los libros parroquiales de 1895 y 1896 aparece su firma; en el número 329 de La Perla del Plata, revista del Santuario de Luján del 3 de mayo de 1896; en la página 309 hallamos la siguiente nota: "Peregrinación de Suipacha": "El jueves 23 del 39 corriente (se refiere a abril defectuóse la peregrinación del pueblo de Suipacha encabezada por el señor "Cura D. Ciro Placco. A pesar de la reducida población 99 con que cuenta el mencionado Partido, sin embargo han 31 sido más de doscientos los peregrinos que acudieron a "formar parte de la peregrinación Suipacheña. Ha sido un triunfo moral debido al celo del piadoso Cura, señor Placco, la peregrinación del 23".

Y continúa la crónica del acto de fe, y la transcripción de algunos escritos en el "Libro de la Virgen". No hemos podido obtener referencias al respecto, pero debemos notar la falta de concordancia entre fecha de la plaqueta de despedida y los hechos citad

De espíritu eminentemente emprendedor, a nosotros nos dejó una hermosa Iglesia, a Victoria la Sociedad de Beneficencia, por su iniciativa fundada el 19 de mar de 1877, y se había comprometido allí a la erección de un nuevo templo, cuando Comenzó a declinar su salud, falleciendo el 9 de julio de 1899, pobre, querido y acompaña por toda la ciudad, en casa de don Abrahan Bartoloni hermano del, párroco citado. (Cartas de Bartoloni a 1 Argenzio, familiares del P. Placco, de 1899, que obraron en nuestro poder.)

Todo Victoria desfiló ante sus restos, velados en Iglesia Parroquial, y el 19 de noviembre de 1900 se inauguró en el cementerio de dicha ciudad un monumento que perpetúa la gratitud de sus feligreses y aún hoy motivo de cuidado y veneración.

Sucedió al Padre Placco, en agosto de 1896, el Pr, bítero Juan Petty, miembro de la Sociedad del Apostolado Católico, quien rigió la parroquia hasta 1900, a en que renunció para marchar a Sud Africa ofrece a su patria sus servicios como Capellán en la guerra Anglo-Boer. Fue reemplazado por el Pbro. Francisco Sánchez quien en septiembre de 1901 hizo colocar la lápida mármol que en la iglesia perpetúa la memoria del Da Placco. Vacante nuevamente la parroquia a fines del mismo año y no pudiendo sostenerse por su pequeñez, Monseñor Juan Nepomuceno Terrero discurrió que la única forma de subsistirla sería entregándola a una Congregación pensó en los Palatinos y así lo hizo saber al R. P. 1 Patricio O'Graddy, rector del Colegio San Patricio Mercedes. Este accedió a hacerse cargo de la Capellanía, con condición de que pudiera atenderla cualquiera de los sacerdotes que lo acompañaban.

 

El primero fue el R. Padre Enrique Weber' que luego pasó a dirigir la parroquia de San Luis en Valparaíso, Chile, donde le cupo una destacada actuación en el terremoto de 1904. Sucedió al Padre Weber el R. Padre Tomás Dun Leavy, nacido en el deslinde de los partidos de Mercedes y Suipacha y de relevante actuación. Sucedieron al padre Dun Leavy primero el R. Padre Juan Madden y luego el R. Padre Juan Boyle, hasta que en 1925 asumió la rectoría el R. Padre Tomás O'Graddy, sobrino del P. Patricio, y que dejó en nuestra parroquia donde está sepultado un recuerdo indeleble de santidad y bondad. En realidad ` fue una medida acertada la de entregar la parroquia a los padres Pallotinos: ellos han sido una garantía de orden y un ejemplo de apostolado para el pueblo a través de los setenta y más años que llevan a su frente. Otros nombres ilustres podríamos dar, pero excedería el límite fijado a estos apuntes. Quede para un trabajo menos general.

 

Al hacerse cargo de la parroquia el presbítero Francisco Sánchez, resolvió fundar un Colegio Católico para varones, iniciativa que fue aprobada por el Consejo Escolar en su sesión del 24 de marzo de 1901.. Se llamó San Patricio, y concurrieron al mismo sobre todo niños de la numerosa colonia irlandesa que residía entonces en la localidad. Posteriormente, al hacerse cargo de la parroquia el R.P. Enrique Weber, solicitó el cambio de nombre por el de San Luis, Expte. Nº 2775/902, que fue resuelto favorablemente por la dirección general de Escuelas el 25 de Junio del mismo año. Pero quien dio impulso al colegio San Luis, elevándolo a un nivel que se mantuvo durante todo su curato, fue el R. P. Tomás Dun Leavy, que conjuntamente con el teniente Cura R. P. Juan J. Madden y un maestro capacitado, le dedicaban varias horas al día, mañana y tarde. La instrucción era muy buena, y concurrieron niños de casi todas las familias locales. El colegio San Luis sé cerro alrededor de 1925, para resurgir muchos años más tarde, el 19 de marzo de 1962, como Instituto Parroquial Comercial San Luis, debido a la iniciativa de un grupo de vecinos. El señor cura párroco Luis Brady fundó la liga de padres de familia para que atendiera las necesidades del naciente colegio, cuyos primeros peritos mercantiles egresaron a fines de 1966. Aun cuando la instrucción de los niños católicos estaba solucionada, tanto aquí como en Mercedes, a cuyo colegio San Patricio concurrían también alumnos de Suipacha, quedaba el problema de las niñas. Enterado a principios de 1912 el R. P. Dun Leavy, que una congregación española de religiosas que se dedicaba a la enseñanza, no llevó a cabo una fundación que tenia proyectada en el Paraguay, se dirigió al excelentísimo señor obispo de la Plata, Monseñor Juan Nepomuceno Terrero, quien a su vez influyó ante el obispo de Vich, ciudad donde nació la congregación de las hermanas Carmelitas de la caridad, que había fundado el 26 de febrero de 1826 Santa Joaquina de Vedruna y Mas. Monseñor Torenas, obispo de Vich, habló a la superiora general de la congregación, en esa época reverenda Madre Margarita Arolas, y ésta transmitió el pedido al grupo que , de regreso de asunción, pertenecía en Buenos Aires un poca desorientado. Algunas de estas religiosas se llegaron hasta Suipacha. Las Madres concepción Figuerola y Dolores Mascaró conversaron con el párroco y quedó acordada la fundación. A estos efectos se constituyó una comisión de damas, presidida por doña Marcelina Suárez de Videla " parienta de la fundadora del pueblo - e integrada por la señora de Ryan y las señoritas María Elena Rossiter y Julia Carthy, a las que luego se sumarían otras, iniciándose los trabajos para la instalación del colegio. El 4 de abril de 1913 se embarcó en Barcelona el grupo inicial de religiosas destinadas a Suipacha, llegando a Buenos Aires el 22 del mismo mes, y a nuestro pueblo al día siguiente, miércoles 23. Era superiora de la nueva casa la Madre Pilar Olives y la acompañaban las hermanas Leonor Maturana, Fernanda Ayestarán, María de la Concha y Angela Urdangaray, siendo reemplazadas estas dos ultimas a los pocos días por las hermanas Adela Gutiérrez, Asunción Rodríguez, Carmen Navarra y la madre Alfonsa Pons, constituían la primitiva comunidad que por muchos años - algunas hasta su fallecimiento en fechas no lejanas - trabajarían con entusiasmo por levantar el colegio de Nuestra Señora del Carmen, hoy orgullo de nuestro pueblo. El 5 de mayo se abrió el colegio, con 5 alumnas que a poco serian cincuenta. La primera sede estuvo ubicada en 1º de Mayo y Combate de San Lorenzo, pero como el instituto San Luis siguiera creciendo, fue preciso buscar un local más capaz, el que actualmente ocupa, en San Martín y Combate de San Lorenzo, frente a la Plaza Balcarce. Alma y nervio del Colegio fue conjuntamente con la Madre Pilar la Madre Leonor Maturana, a cuya iniciativa se debieron muchas obras que todavía perduran en el pueblo. Dinámica y cordial, supo atraer voluntades en torno a la causa de la religión y la cultura, y su fallecimiento ocurrido cuando aún podía esperarse mucho de su inteligencia y de su capacidad, el 28 de enero de 1931, fue intensamente lamentado en Suipacha y sus contornos. Largo y ya fuera de los límites de este trabajo sería enumerar a las religiosas que se sucedieron al frente del Colegio y a sus colaboradoras. Todas ellas aportaron su cultura y su fe, elevando siempre el nivel moral del pueblo, al elevar el nivel cultural del Instituto. En marzo de 1959 se inició un Cielo Básico que luego ha continuado con cuarto y quinto año normal. Son muchas ya las niñas que han obtenido allí su título docente, y con esta iniciativa y la posterior del Instituto San Luis, se ha solucionado uno de los grandes problemas del pueblo: la falta de oportunidad para que los niños cursaran estudios secundarios. Durante mucho tiempo fuimos muchos los que, para seguirlos, hubimos de viajar a Mercedes o a Chivilcoy, con las molestias consiguientes, y aún muchas familias emigraron por este motivo. Hoy, gracias al esfuerzo de las Religiosas Carmelitas primero, y al Instituto San Luis luego, se ha superado el problema, y ya está al alcance de todos esa enseñanza secundaria que, cuando sea declarada obligatoria por lo menos en Cielo Básico, habrá mejorado enormemente el clima cultural del país.

 


References
[1]
[2]
[3]
[4]
[5]
[6]
[7]
[8]
[9]
[10]

1 2
3 4
   
1. View from Carmen de Areco to Arrecifes
2. Padre Luis Brady (Father Luis) street sign
3. Parish church
4. Fr. Tom O'Grady memorial

 

Please contact us if you have a question or wish to suggest changes

Copyright © The Irish Argentine Historical Society. 2004