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La Nación, Lunes 6 de Enero de 2003

Cumple 128 años una de las voces de la comunidad irlandesa
The Southern Cross, todo un símbolo

La publicación fue creada el 16 de enero de 1875
Fue el primer periódico católico de América del Sur
Hoy es un mensuario y se distribuye por suscripción
Edita 5000 ejemplares

"No abandonamos el barco, salvo para que llegue otra tripulación", dice Santiago O´Durnin, director de The Southern Cross. Expresa así la tenacidad -muy irlandesa-, uno de los aspectos clave en la continuidad de la publicación a través del tiempo. Aparecido el 16 de enero de 1875, está cerca de cumplir 128 años, lo que la convierte en una de las más antiguas del país y en el primer periódico católico de América del Sur.

A los primeros irlandeses los trajeron a la Argentina las invasiones inglesas. Eran los sobrevivientes no sólo de los defensores de Buenos Aires, sino de sus propios jefes militares, cuando descubrían ese propósito de desertar.

Luego, la primera oleada de inmigrantes, a mediados del siglo XIX, queriendo escapar de una hambruna que llevaba dos años. Los que optaron por estas tierras, contra quienes prefirieron los EE.UU. La facilidad del idioma, en el Norte, se compensaba aquí con la religión católica que profesaban. Y con nuestro paisaje, más parecido al de las campiñas de Eire.

Pioneros notables fueron los padres dominicos Antonio Fahy (patriarca de la colectividad), en cuyos brazos murió su amigo, el almirante Guillermo Brown, y Patricio Dillon, fundador de The Southern Cross, llevado por el objetivo de que la creciente presencia de compatriotas contara con un medio que respondiera a sus intereses y les acercara datos de la patria lejana. El padre Fahy fue una de las víctimas de la fiebre amarilla. Sus restos están sepultados en el cementerio de la Recoleta.

La población irlandesa en la Argentina era entonces de 26.000 almas. Se cuentan más de 400.000 actualmente, entre los "puros" y los descendientes de uniones con otros europeos, pero en cuyos apellidos asoma uno de origen irlandés.

Empresa difícil

No fue una empresa fácil. Dillon, que llegó a ser diputado por Buenos Aires, trabajaba a pulmón, con aportes económicos propios. Eligió el nombre de la Cruz del Sur como un emblema celestial del nuevo hemisferio adoptado. Durante los tres primeros meses perdió 89.000 pesos, pero no se desanimó. Pidió ayuda a los inmigrantes y sostuvo el periódico diez años más, hasta que su salud se quebrantó. En procura de la continuidad, nombró director a Michael Dinneen. Lo han sucedido alrededor de una quincena.

Uno de ellos, William Bulfin, que firmaba notas con el seudónimo Che Buono, tenía un hijo que viajó a Irlanda casi el mismo día en que se produjo el llamado "levantamiento de Pascua", en 1916. Se sumó a él en Dublín, subió al Correo y arrió la bandera inglesa, cambiándola por la de su país. Estuvo a punto de ser fusilado junto a uno de los líderes de la asonada, el poeta Padraic Pearse, pero finalmente se lo deportó porque tenía ciudadanía argentina.

Los avatares económicos actuales obligaron a reducir el ritmo de aparición del periódico. Pasó de semanario a mensuario (se distribuye por suscripción), pero no se resintió el espíritu primigenio, de informar y unir a la comunidad, ahora argentino-irlandesa.

La sede de The Southern Cross funciona desde 1992 en el cuarto piso de Riobamba 451, en Congreso. Antes estuvo en Medrano 107, donde aún se utilizaba máquina con tipografía.

Es un departamento de dos ambientes. Por un instante parece una vivienda común, salvo por el denodado trabajo de su staff, que integran, junto a O´Durnin y la secretaria de Redacción Teresa Deane Reddy, otros ocho periodistas, además de un buen número de colaboradores externos.

"Nuestro tiraje actual es de 5000 ejemplares", explica el director, exhibiendo el último de ellos, de 16 páginas, algunas en color.

La señora Deane Reddy apunta la variedad de "tipos" irlandeses que hoy habitan la Argentina, contra los primeros en adoptarla como nuevo país, que se dedicaron casi en su totalidad a la cría de ovejas y otras actividades rurales.

"Hoy los vemos en una extensa gama de profesiones, desde las deportivas (fundaron el club de rugby CASI) hasta las científicas, o al frente de los cada vez más numerosos pubs. O figuras públicas, como Ricardo López Murphy, Patricia Walsh y Guillermo Patricio Kelly, que -advierte, sonriendo- sólo tienen en común la sangre irlandesa", comenta.

The Southern Cross, reflexiona O´Durnin, "es como un barco que realza y lleva nuestras tradiciones. Tenemos que conducirlo durante cierto tiempo, preparándolo para las nuevas generaciones. Nos bajaremos algún día, pero sólo para la llegada de los nuevos tripulantes".

Willy G. Bouillon


 

 

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