La
publicación fue creada el 16 de enero de 1875
Fue el primer periódico católico de América del Sur
Hoy es un mensuario y se distribuye por suscripción
Edita 5000 ejemplares
"No
abandonamos el barco, salvo para que llegue otra tripulación",
dice Santiago O´Durnin, director de The Southern Cross. Expresa
así la tenacidad -muy irlandesa-, uno de los aspectos clave
en la continuidad de la publicación a través del tiempo. Aparecido
el 16 de enero de 1875, está cerca de cumplir 128 años, lo
que la convierte en una de las más antiguas del país y en
el primer periódico católico de América del Sur.
A
los primeros irlandeses los trajeron a la Argentina las invasiones
inglesas. Eran los sobrevivientes no sólo de los defensores
de Buenos Aires, sino de sus propios jefes militares, cuando
descubrían ese propósito de desertar.
Luego,
la primera oleada de inmigrantes, a mediados del siglo XIX,
queriendo escapar de una hambruna que llevaba dos años. Los
que optaron por estas tierras, contra quienes prefirieron
los EE.UU. La facilidad del idioma, en el Norte, se compensaba
aquí con la religión católica que profesaban. Y con nuestro
paisaje, más parecido al de las campiñas de Eire.
Pioneros
notables fueron los padres dominicos Antonio Fahy (patriarca
de la colectividad), en cuyos brazos murió su amigo, el almirante
Guillermo Brown, y Patricio Dillon, fundador de The Southern
Cross, llevado por el objetivo de que la creciente presencia
de compatriotas contara con un medio que respondiera a sus
intereses y les acercara datos de la patria lejana. El padre
Fahy fue una de las víctimas de la fiebre amarilla. Sus restos
están sepultados en el cementerio de la Recoleta.
La
población irlandesa en la Argentina era entonces de 26.000
almas. Se cuentan más de 400.000 actualmente, entre los "puros"
y los descendientes de uniones con otros europeos, pero en
cuyos apellidos asoma uno de origen irlandés.
Empresa
difícil
No
fue una empresa fácil. Dillon, que llegó a ser diputado por
Buenos Aires, trabajaba a pulmón, con aportes económicos propios.
Eligió el nombre de la Cruz del Sur como un emblema celestial
del nuevo hemisferio adoptado. Durante los tres primeros meses
perdió 89.000 pesos, pero no se desanimó. Pidió ayuda a los
inmigrantes y sostuvo el periódico diez años más, hasta que
su salud se quebrantó. En procura de la continuidad, nombró
director a Michael Dinneen. Lo han sucedido alrededor de una
quincena.
Uno
de ellos, William Bulfin, que firmaba notas con el seudónimo
Che Buono, tenía un hijo que viajó a Irlanda casi el mismo
día en que se produjo el llamado "levantamiento de Pascua",
en 1916. Se sumó a él en Dublín, subió al Correo y arrió la
bandera inglesa, cambiándola por la de su país. Estuvo a punto
de ser fusilado junto a uno de los líderes de la asonada,
el poeta Padraic Pearse, pero finalmente se lo deportó porque
tenía ciudadanía argentina.
Los
avatares económicos actuales obligaron a reducir el ritmo
de aparición del periódico. Pasó de semanario a mensuario
(se distribuye por suscripción), pero no se resintió el espíritu
primigenio, de informar y unir a la comunidad, ahora argentino-irlandesa.
La
sede de The Southern Cross funciona desde 1992 en el cuarto
piso de Riobamba 451, en Congreso. Antes estuvo en Medrano
107, donde aún se utilizaba máquina con tipografía.
Es
un departamento de dos ambientes. Por un instante parece una
vivienda común, salvo por el denodado trabajo de su staff,
que integran, junto a O´Durnin y la secretaria de Redacción
Teresa Deane Reddy, otros ocho periodistas, además de un buen
número de colaboradores externos.
"Nuestro
tiraje actual es de 5000 ejemplares", explica el director,
exhibiendo el último de ellos, de 16 páginas, algunas en color.
La
señora Deane Reddy apunta la variedad de "tipos"
irlandeses que hoy habitan la Argentina, contra los primeros
en adoptarla como nuevo país, que se dedicaron casi en su
totalidad a la cría de ovejas y otras actividades rurales.
"Hoy
los vemos en una extensa gama de profesiones, desde las deportivas
(fundaron el club de rugby CASI) hasta las científicas, o
al frente de los cada vez más numerosos pubs. O figuras públicas,
como Ricardo López Murphy, Patricia Walsh y Guillermo Patricio
Kelly, que -advierte, sonriendo- sólo tienen en común la sangre
irlandesa", comenta.
The
Southern Cross, reflexiona O´Durnin, "es como un barco
que realza y lleva nuestras tradiciones. Tenemos que conducirlo
durante cierto tiempo, preparándolo para las nuevas generaciones.
Nos bajaremos algún día, pero sólo para la llegada de los
nuevos tripulantes".
Willy
G. Bouillon